El tránsito del planeta se producirá el próximo lunes 11 de noviembre, de 12:36h a 18:04h. Sus casi cinco horas y media de duración serán retransmitidas íntegramente y en directo desde los Observatorios de Canarias.
Los tránsitos de planetas interiores -Venus y Mercurio- son más raros que los eclipses de Sol y Luna. De media tendremos 13 tránsitos de Mercurio por siglo y se producirán en los meses de mayo o noviembre. El último tránsito de Venus fue junio de 2012. Tuvimos tránsitos de Mercurio en los años 2003, 2006 y 2016 y el siguiente no ocurrirá hasta el año 2032.
Pocos lectores de este artículo habrán visto Mercurio, un planeta muy pequeño. Ganímedes, una de las cuatro lunas galileanas en torno a Júpiter, y Titán, la mayor de Saturno, son mayores que él. Podemos verlo brillar a simple vista como una estrella al amanecer o al atardecer, siempre próximo al Sol, ya que su órbita es bastante cercana a nuestra estrella. Es un planeta extremo y extraño, donde el Sol puede salir dos veces el mismo día, o donde la temperatura de su superficie puede oscilar entre los 450 y los -170 ºC.
Debido a su pequeño tamaño y lejanía, hasta la invención del telescopio, resultó imposible observar un tránsito de Mercurio. Las primeras observaciones del mismo con telescopio fueron realizadas por Galileo Galilei en el siglo XVII. Su tamaño y brillo varían de forma notable en función de su posición en la órbita. Cuando cruza por delante del Sol, lo vemos con su tamaño máximo (entre 10 y 13 segundos de arco), mientras que al cruzar por detrás del Sol lo vemos con su tamaño mínimo (unos 4,5 segundos de arco). El disco del Sol o la Luna en comparación es de unos 2.000 segundos de arco. Nuestro límite visual es de unos 60 segundos de arco, por lo que resulta imposible ver un tránsito de Mercurio si no es con la ayuda de un telescopio. Fue Johannes Kepler el primero en predecir que un tránsito de Mercurio tendría lugar el 7 de noviembre de 1631. No vivió para verlo, pero esta información fue utilizada por Pierre Gassendi para conseguir ser el primero en observar uno de esos “paseos” del planeta por delante del Sol.
Cuando se trata de observar el Sol, no se puede dejar de advertir de sus peligros. Nunca debemos observarlo, ni a simple vista, ni mucho menos con instrumentos sin la debida precaución. Observar un tránsito es tan peligroso como observar directamente el Sol, ya que el planeta no cubrirá una parte significativa del mismo, y debemos tomar precauciones. Una observación indebida del Sol puede dañar permanentemente nuestra retina o incluso dejarnos ciegos. Los métodos recomendados son la observación mediante la proyección del disco solar en una pantalla o mediante telescopios dotados de los oportunos filtros solares.
Los Observatorios de Canarias invitan a seguir la retransmisión desde el Telescopio Solar GREGOR (OT, Observatorio del Teide, Tenerife) el mayor telescopio solar de Europa operado por KIS (Leibniz Institute for Solar Physics, Alemania) y desde el Telescopio Solar Sueco SST (ORM, Observatorio del Roque de los Muchachos, La Palma) operado por el ISF (Institute for Solar Physics, Suecia)
El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ofrece las siguientes posibilidades para seguir el fenómeno. A través del canal de YouTube IAC Vídeos del Instituto de Astrofísica de Canarias. También lo retransmitirá el Telescopio Nazionale Galileo (TNG), desde el ORM.
La iniciativa europea EELabs, a través del canal sky-live.tv, retransmitirá en directo todo el tránsito de Mercurio, conectando con los distintos telescopios de los Observatorios de Canarias y explicando detalladamente el fenómeno en colaboración con el canal de divulgación científica QuantumFracture, a partir de las 12:30 UT.
Tránsitos
Denominamos un tránsito al paso de un cuerpo por delante de otro, de forma que el más próximo oculta una parte de la superficie del más lejano. Por ejemplo, es posible observar un tránsito de la ISS por delante del Sol. En el Sistema Solar, sólo los planetas interiores (Mercurio y Venus) pueden transitar el Sol desde nuestro punto de vista en la Tierra.
Mercurio gira en una órbita bastante elíptica, completando una vuelta al Sol en aproximadamente tres meses terrestres (88 días), tiempo en el que la Tierra se ha desplazado un cuarto de su órbita. Por eso, Mercurio volverá a situarse entre el Sol y la Tierra tras 116 días, es decir, se repite unas tres veces por año. Podemos tratar de visualizar este efecto pensando en el minutero de un reloj, que tarda 65 minutos en alcanzar la manecilla de las horas. ¿Por qué no tenemos entonces tres tránsitos de Mercurio al año? Mercurio se mueve en un plano que forma 7° con el plano orbital de la Tierra alrededor del Sol y para que queden suficientemente alineados los tres cuerpos tienen que coincidir ambos planos. En caso contrario, Mercurio pasará por encima o por debajo del disco solar. Para simplificar, podemos imaginar dos circunferencias concéntricas que representan las órbitas de Mercurio y la Tierra (el Sol es su centro) pintados en una libreta. Ahora levantemos ligeramente la hoja: ese es el plano orbital de Mercurio, mientras que el de la Tierra es horizontal. Ambas hojas (planos) se cortan a lo largo de una línea, que coincidirá con dos fechas del año en el recorrido de la Tierra. En el caso de Mercurio, el 8-9 de mayo y el 10-11 de noviembre; si unos pocos días antes o después de esa fecha coincide con el paso de Mercurio frente al Sol, habrá tránsito. Existe una cierta periodicidad en estos fenómenos, aunque obedece a reglas complejas. Está claro que tiene que ser un múltiplo de los 116 días que tardan en coincidir Mercurio y la Tierra alineados. Esto suele ocurrir en promedio unas 13 veces por siglo, en intervalos que oscilan entre 3,5 y 13 años. El siguiente tránsito de Mercurio, después de este 11 de noviembre de 2019, será el 13 de noviembre de 2032.
Tránsito de Mercurio 2019
Durante un tránsito podemos destacar cinco momentos clave. El primero, cuando el disco del planeta toca exteriormente el disco luminoso del Sol (el primer contacto); el segundo, cuando termina de entrar. El periodo entre ambos es lo que denominamos “ingreso”. El tercero sería justo en medio, donde la distancia entre el planeta y el centro del Sol es mínima. De forma análoga al ingreso, pero en orden inverso, se realiza la “salida”, periodo comprendido entre el contacto interior del borde del planeta con el borde del disco del Sol hasta su desaparición del mismo. Los momentos precisos de cada uno de estos eventos dependen de la posición del observador sobre la Tierra, pudiendo variar en un par de minutos como máximo. Respecto a la posición geocéntrica, estos son: 12:35, 12:37, 15:19, 18:02 y 18:04 (todos en Tiempo Universal – UT. Se deben corregir para cada uso horario). Miquel Serra-Ricart, astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) comenta: “El tránsito de Mercurio es una buena ocasión para organizar actividades educativas en los centros de enseñanza. Es un fenómeno sencillo de observar, pero gobernado por leyes fundamentales de la Física. Es importante volver a recordar que la observación debe realizarse siguiendo unas estrictas medidas de seguridad para que el Sol no dañe nuestros ojos.”
“Los tránsitos en el Sistema Solar son fenómenos poco usuales en Astronomía. Si el de Mercurio parece poco frecuente, más raro es el de Venus, que no transitará el Sol hasta 2117, con el inconveniente adicional de no poderse observar desde Canarias debido a que se producirá durante la noche (será observable desde la otra mitad del planeta)”, comenta Alfred Rosenberg astrofísico divulgador del IAC.
Pero los tránsitos están más de moda que nunca. Considerando que nuestra galaxia está compuesta por cientos de miles de millones de estrellas, la mayor parte con planetas girando a su alrededor, es sólo cuestión de tiempo (además de instrumentos súper-potentes y precisos) el llegar a observarlos. En años recientes se han descubierto miles de exoplanetas, planetas que giran en torno a otras estrellas. De estos, a fecha de hoy, 2.965 planetas han sido detectados mediante el método de tránsito, de los cuales 482 forman parte de sistemas planetarios múltiples. De la medida precisa de la disminución del brillo (la curva de luz) de forma repetida podemos determinar el periodo orbital, el tamaño del planeta y otros valores que nos permiten saber la masa, el volumen, (la densidad), los parámetros orbitales, etc., que a su vez nos permiten establecer la “habitabilidad” de dicho planeta. Algo que parecía ciencia ficción hace unas pocas décadas se está convirtiendo en realidad: estamos cada día más cerca de encontrar un gemelo de nuestro planeta.
Visto desde cualquier otra estrella, Mercurio ocultaría tan solo uno de cada 85.000 fotones del Sol. Un planeta tan pequeño como Mercurio estaría al límite de poder ser detectado mediante la técnica del tránsito con la instrumentación actual. Planetas algo más grandes, como la Tierra, sí que se detectan hoy en día.
Tres centros españoles de Supercomputación, el Centro Extremeño de Tecnologías Avanzadas (CETA-CIEMAT), el Consorci de Serveis Universitaris de Catalunya (CSUC) y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) colaborarán en la distribución de la retransmisión del portal web (sky-live.tv).
EELabs (eelabs.eu) es un proyecto financiado por el Programa INTERREG V-A MAC 2014-2020, cofinanciado por el FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional) de la Unión Europea, bajo el contrato número MAC2/4.6d/238. En EELabs trabajan 5 centros de la Macaronesia (IAC, ITER, UPGC, SPEA-Azores, SPEA-Madeira). El objetivo de EELabs es crear Laboratorios para medir la Eficiencia Energética de la Luz Artificial Nocturna en áreas naturales protegidas de la Macaronesia (Canarias, Madeira y Azores).