Con la instalación del fotómetro en el punto más alto del Caldeirão do Corvo, a 721 msnm, esta semana se completó la primera fase de la red de fotómetros del proyecto Interreg EELabs que medirá la oscuridad del cielo de Corvo. Crédito: S. Lemes (IAC).
La isla de Corvo ya cuenta con 10 sensores que monitorizan la oscuridad nocturna de la Isla, para determinar el impacto de la luz artificial sobre las aves marinas. La instalación de los fotómetros se ha llevado a cabo esta semana gracias a la colaboración municipal y a SPEA Azores, uno de los cinco centros de la Macaronesia que trabajan en el proyecto Interreg EELabs, que coordina el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
Durante los próximos años, el laboratorio de contaminación lumínica del proyecto EELabs de Corvo medirá la propagación de la luz artificial nocturna en los ecosistemas naturales de la Isla más pequeña y aislada del archipiélago de las Azores; y ayudará a comprender mejor su impacto sobre la población de aves marinas que viven allí, especialmente, sobre los ejemplares adultos de pardela cenicienta. “Es muy probable que en Corvo podamos medir la oscuridad natural nocturna de la atmósfera de nuestro planeta. Su aislamiento, su baja población y su respeto al medioambiente posibilitan que la contaminación lumínica nocturna en el interior de la Isla sea muy cercana a cero”, afirma Miquel Serra-Ricart, astrónomo del IAC y coordinador del proyecto EELabs.
La instalación de estos sensores, que buscan encontrar en Corvo la oscuridad natural del cielo, es solo uno de los objetivos del proyecto Interreg EELabs en esta isla, que también firmará un acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento, para seguir mejorando de manera inteligente su iluminación artificial nocturna. El único núcleo urbano de Corvo -y, por lo tanto, el único foco de luz artificial nocturna de la Isla- es la Vila do Corvo, cuya población (cerca de medio millar de habitantes) está muy concienciada con el impacto de la contaminación lumínica en las aves marinas. Desde hace más de 30 años, realizan apagones coincidiendo con el momento en el que las crías de pardela cenicienta abandonan sus nidos. Y, recientemente, han cambiado las luminarias antiguas por luces LED cálidas de 3000k -que podrían reducirse 2700k-, orientadas al suelo, sin vidrio, para minimizar la dispersión de la luz, y que pueden reducir su intensidad hasta en un 75% en los periodos más críticos para las aves marinas, siendo así más eficientes y respetuosas con los ecosistemas nocturnos.
“El Ayuntamiento de Corvo colabora activamente en la minimización de la contaminación lumínica para proteger a las aves marinas, con apagones durante los periodos de salida de los ejemplares más jóvenes de pardela, e incluso ha seguido las directrices de la Guía de Buenas Prácticas de Contaminación Lumínica en la modificación del alumbrado público”, señala José Silva, alcalde de la Vila do Corvo. Y añade, “Estas son acciones continuas, que pretendemos seguir apoyando con el proyecto EELabs. Así como la creación de una normativa municipal para la reducción de esta amenaza. Corvo quiere seguir reivindicando su condición de santuario de aves marinas y ahora, quizás, de la oscuridad natural de la noche”.
Corvo es también una Reserva de la Biosfera. Por área, tiene la mayor población de pardela cenicienta de las Azores. Además, alberga el 35% de la población de pardela chica de la región y una de las dos poblaciones de pardela pichoneta que anidan en este territorio. La particularidad de todas estas aves es que solo visitan sus colonias de noche. Además, hacen sus nidos en agujeros en el suelo, guiados por las estrellas, y también buscan comida en la oscuridad, alimentándose, en ocasiones, de presas bioluminiscentes.
«La contaminación lumínica es una gran amenaza para más de 56 especies de aves marinas, -explica Tânia Pipa, investigadora y conservadora de SPEA Açores y miembro del proyecto EELabs- Ocasionalmente, estas aves caen en los núcleos urbanos al ser deslumbradas por las luces artificiales y acaban impactando contra los edificios o siendo devoradas por sus depredadores. Por ello, SPEA colabora desde 2009 en la campaña SOS Cagarro en la isla de Corvo, que ya en 1991 llevó a cabo la primera acción para minimizar esta amenaza en el archipiélago. Junto con el municipio, hemos promovido apagones generales durante la semana crítica de salida de los ejemplares más jóvenes de pardela cenicienta y hemos prestado apoyo técnico en la elección de un alumbrado público adecuado, eficiente y no perjudicial para las aves marinas. Acciones que continuarán en el marco del proyecto EELabs, e incluso se ampliarán, con el objetivo de evaluar el impacto de esta amenaza en la pardela cenicienta adulta, durante las visitas de alimentación de sus crías, algo de lo que todavía se sabe muy poco, mediante el seguimiento de los viajes de esta especie y un sistema de monitorización autónomo de las visitas a las colonias, lo que permitirá continuar los trabajos y aumentar el conocimiento sobre cómo afecta la contaminación lumínica en el ciclo reproductivo de la pardela cenicienta».
EELabs (eelabs.eu) es un proyecto financiado por el Programa INTERREG V-A MAC 2014-2020, cofinanciado por el FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional) de la Unión Europea, bajo el contrato número MAC2/4.6d/238. En EELabs trabajan 5 centros de la Macaronesia (IAC, ITER, UPGC, SPEA-Azores, SPEA-Madeira). El objetivo de EELabs es crear Laboratorios para medir la Eficiencia Energética de la Luz Artificial Nocturna en áreas naturales protegidas de la Macaronesia (Canarias, Madeira y Azores). STARS4ALL fue un proyecto financiado por la Unión Europea H2020-ICT-2015-688135.